"Si tu crees, entonces puedes hacerlo" - "Yo creo en tí, puedes hacerlo" - "Me dijeron que no podía y lo hice"
A menudo escuchamos este tipo de frases, se han hecho verdaderamente populares en nuestros días, sobre todo en las redes sociales, la Psicología de barrio, Psicología Positva de Martin Seligman y estos Coahcing que se encargan de la motivación y demás en redes sociales generando todo un mercado sin sustentarse en ninguna base científica de que las cosas que andan diciendo. Este grupo de divulgadores no se dan cuenta que abren un abanico a las expectativas propias de cada individuo y a las que otros depositan sobre nosotros. Esto genera malestar, sufrimiento, aislamiento social, ansiedad y en no pocos casos conducta suicida.
Es muy frecuente sufrir por las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y más soportar la carga de convivir con aquellas que otros nos han depositado. Asumimos que tenemos un compromiso ético y moral para responder logrando los resultados esperados.
Pensar que nuestras creencias y expectativas pueden influir en los resultados es algo totalmente errado y puede llegar hasta resultar enfermizo (por decirlo de un modo suave y menos hipócrita).
¿Qué pasa cuando las personas creen más en ti hasta que comenzaste a creer en esas capacidades que te comentaban?
En la Psicología existe un fenómeno interesante llamado "Efecto Pigmalión" o ·Efecto Rosenthal": Cuando las expectativas y creencias que tenemos sobre otras personas pueden influir en sus forma de comportarse y sus resultados. Es decir, que las creencias positivas pueden convertirse en hechos reales producto a la manera en interactuamos con el mundo a nuestro alrededor. En conductismo lo llamamos "Moldeamiento"
El efecto Pigmalión tiene su origen en un mito de la lejana Grecia, cuando un escultor quedó totalmente enamorado por una de sus obras llamada "Galatea", tal fue su obsesión con su obra, que llegó cobrar vida por su devoción por obra de la diosa Afrodita.
Si una persona espera que su persona de interés actúe de una determinada manera, enfocará su conducta positivamente hacia esa persona (hijo, amigo, pareja, empleado, etc.) Retroalimentamos la conducta del indidividuo, reforzamos sus respuestas, así ayudamos al buen desempeño de sus habilidades. <Los resultados de otros se ven afectados por la idea que le transmitimos que tenemos de ellas.>
Nota: Trata a las personas como son y seguirán siendo las mismas personas de siempre, trata a las personas como lo que podrían ser y cambiarán.
Por lo tanto, nos volvemos más competentes al ver que nuestro esfuerzo está siendo reforzado por el exterior.
La Profesía Autocumplida:es un sesgo en la percepción.
Este fenómeno lo explica el sociólogo Robert Merton (quien acuñó el término): Una creencia falsa o expectativa se cumple porque creemos en ella. Es decir: lo que pensamos y creemos influye en nuestros resultados. Sin embargo, el Análisis Funcional de la Conducta manifiesta: Nuestras creencia sobre eventos futuros influyen en nuestras acciones en el contexto en que nos desarrollamos, generando así más probabilidad de que los resultados sean los esperados, pero no se basa en una influencia interna quien rige los resultados como intentan hacernos creer, sino nuestras acciones.
Claramente esta idea de la Profesía Autocumplida, parte del Teorema de Thomas, que afirma: "Si las personas definen las situaciones como reales, estas son reales en sus consecuencias."
Todo se basa en el sentido que le vamos dando a las cosas. Pensamos popularmente que el hecho de creer en algo lo hace real y buscamos todo tipo de fuentes que confirmen nuestras creencia y rechazamos las que lo desconfirman. Estamos constantemente sometidos a discursos de anticipación a hechos y consecuencias, generando una serie de expectativas, estas si sufren desconfirmación pueden volverse en contra nuestra y provocar conductas que antes no se esperaban de nosotros.
¿Alguna vez te ha pasado, que crees no ser bueno para desempeñar una tarea y terminas por fracasar en ella? Pues esto es un ejemplo de Profesía Autocumplida.
Ejemplo:
Exámen de Matemáticas:
Antecedente: Discurso interior: "No soy bueno en Matemáticas"
Conducta: Fustración a la hora de estudiar. Evito hablar de la materia. Intento prolongar el estudio lo más que puedo.
Consecuencia: Suspendo el exámen.
Otro ejemplo básico y con Etiqueta Autista:
Mi niño es Autista y existe una creencia de que los niños autistasn no hablan. Pues no hago nada para ayudarlo a hablar y finalmente el niño no habla, no por ser Autista, sino porque nunca hiciste nada por ayudarle a hablar.
Los ejemplo pueden ser infinitos, puesto que ocurren en la vida diaría y nadie se encuentra exenta de sufrir de estas creencias como decía el psicólogo español Ramón Noguera. Sin embargo, reconocer estos patrones de conducta nos ayuda a entender nuestro comportamiento y el de las personas a nuestro alrededor, evitando así quedar indefensos ante una sociedad que nos empuja a ser como ellos quieren que seamos y negando así nuestra libertad.
Walter Alan Nielf
