jueves, 24 de septiembre de 2020

Caminos VS Esperanza

 


Lo olvidamos todo e incluso hasta el nombre aquella mañana. ¿Qué podría importarme hoy los nombres? Ellos reclamaban al corazón y este siempre estaba abierto, pero carecían de gafas para leer de cerca tanta ternura. Creían en casi todo y odiaban la nada, los argumentos de las historias conmovedoras y las otras. Tal vez sea yo quien deba ponerle fin a sus perezas, a sabiendas que la razón es todavía efímera ante sus personas.

¿Te caíste en el vacío o acaso dejaste de creer? Ya nadie ha vuelto a ser el mismo y eso sucede por las respuestas…

Volveremos a darle un beso a la vida que nos ha quitado el placer de morir en ese decrépito agujero en la tierra.

Escribe y escribe hasta que un día suceda algo que no haga mirar al pasado y dejar de vivir de lo que pudo ser y fue o no. Encerrado en una habitación volviendo loca a la locura, con un cigarrillo entre los labios y media botella acabada. Bajo la constante desesperación de sacarlo todo a la luz y sonreír como quien encuentra un alivio después de todo.

Caminos que parecen llegar a su fin, caminos transmundanos, caminos llenos de hojas encuadernadas malamente, caminos donde nos tocó llegar por alguna rara decisión, caminos que debemos seguir a riesgo de encontrar un hoyo en la tierra en donde te encuentres tus líneas más tristes, caminos y solo caminos hemos dejado pisoteados por continuar el curso.

Al final del viaje ellos no entendieron nada, pero hicieron para si tus palabras y besaron tu corazón cuando este perecía por los dolores y quedó un libro en ese bosque que siempre te resultó mágico y sus árboles tus colegas antepasados casi muertos.

Así recitaba el último texto de Fabián, el escritor que abrazó su libro y se adentró en sus páginas. En muchos años nadie volvió a saber que fue de él, pero una mañana una joven que había olvidado hasta su nombre gritó: «¿Qué podría importarme el nombre quién escribió este libro? Escribiré por su alma y amaré mis caminos.

lunes, 21 de septiembre de 2020

El Futuro está en tus manos




 Hace mucho tiempo existió un hombre llamado John Lennon que prometía cambiar el mundo. Lo cierto es que lo hizo. Quizás tú también soñaste alguna vez con hacer lo mismo, afiliarte a cierto grupo y seguir los pasos de esas personas que admiras. También es cierto que los días que hoy vivimos son muy convulsos, cada cinco minutos sale una nueva ley, que lejos de permitirte desarrollar como persona, lo que hace es limitarte la libertad creativa. Entónces uno se pregunta cómo hizo Lennon y terminas por justificar el tiempo. Yo te voy a decir algo, el tiempo no tiene el menor reparo en escucharte. El desafío de las circunstancias se agita en la medida que transcurren las horas y es menester dar un paso más antes de quedarte en el abismo de la mediocridad.

El camino se lo labra el hombre, los instrumentos y las condiciones están creadas para el perfecto desarrollo personal a beneficio de las masas. La principal tarea de cualquier causa es el pueblo, el hombre que ejecuta las acciones no es más que un accidente.


Para concluir creo que el ex Beatle lo dejó bien claro en su obra donde radica el secteto: "Dirás que soy un soñador, pero no soy el único". Por consiguiente te invito a dar el primer paso. ¡Anímate a soñar y menos quejas! Lennon se mantuvo firme a sus ideas (por si no lo sabías), tú también puedes hacerlo.

Queda de usted, 

un servidor: Walter Alan Nielf

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