domingo, 14 de marzo de 2021

Mabel

 Si hay que hablar de raros amores, es menester rebuscar en el pasado, en aquellos primeros años de nuestra infancia. Hubo una época donde fuimos aceptados tal por lo que éramos y no por las cicatrices que nos marcaron hasta el final de nuestros días. Con los años es ciertos que encontramos a alguien que sin algún oscuro motivo y sin avisar se encuentra dispuesta tratar de borrar las marcas del pasado, como si alguien le hubiese pedido hacerlo. Sin embargo terminan por violentar nuestros caracteres o hacernos olvidar nuestra propia esencia, (en el peor de los casos). 


EDUARDO: - ¡Esto ya está!-


ALEXA: - Parece que Max se encuentra hoy en otra galaxia.-


MAX: - ¡Estoy muy atento querida Alexa! No conozco nada que me cause mayor distracción que la vida misma. -


ALEXA: - ¿Seguro que no? -



Pregunta ALEXA mientras bebe un poco de café y levantando sutilmente la ceja.


MAX: - ¡En lo absoluto! - Responde mientras da vuelta.


EDUARDO: - ¡Tú siempre con esas horribles frases! Debería obligarte a buscarla. -


ALEXA: - ¿Buscarla? Lo siento, pero me he perdido de algo. ¿Qué me están ocultando ustedes dos? -


MAX y EDUARDO se cruzan una mirada desafiante y ALEXA se percata.


EDUARDO: - ¡Adelante rey de las palabras! ¿Quién mejor que tú para expresarse a esta aguerrida audiencia? - 


ALEXA: -Uy, creo que eso dolió. -


MAX: - Eduardo no sabe lo que habla, es solo su imaginación. ¿No eres tú el eterno romántico de estos inolvidables tiempos carentes de todo sentido? -


EDUARDO: - Ni lo sueñes poeta, tan apto para escribir y tan torpe para resolver su vida. Me recuerdas a aquella psicóloga loca que afirmaba resolver todos los casos que entraban a su consulta y terminó su relación por una crisis de celos. No seas cobarde. Se llamaba Mabel.


ALEXA: - ¿Mabel? - ¿Quién es Mabel? -


EDUARDO: - Mira como los ojos le brillan, apuesto que tu pulso está acelerado, y en tres, dos, uno, ya... Acaban de dilatarse sus pupilas. - 


ALEXA: - No me digas que te gustaba.-


EDUARDO: - Peor aún, este loco nunca la buscó. -


MAX: - No tienes ni idea. No tenía nada que decirle. -


ALEXA: - ¿Tú sin palabras querido Max? Siempre hay algo para decir.-


MAX: - Las mujeres nunca saben las cosas que la enamoran, y esperan que nosotros desenfundemos nuestra bola mágica para sorprenderlas... - 


ALEXA: Otra de tus ridículas teorías. Entonces Eduardo tiene razón. Esa chica te gustaba.-


MAX: - La primera vez que la vi, era un pequeño niño, apenas sabía leer y escribir. Eran otros tiempos, en aquella época los niños miraban a los ojos. Yo estaba en el pasillo de la dirección del trabajo de mis padres y la jefa de mi papá llegó con sus dos hijas. Recuerdo que habían muchas personas mayores a mi alrededor y su mamá, que me adoraba me la presentó.-


ALEXA: ¡Hay, que tierno! Me encanta. -


EDUARDO fingía una rostro burlón y se recostaba tomando otra taza de café. MAX aspiraba cada calada como si en ella le fuera la vida, mientras hablaba cautelosamente.


MAX: - No somos nada en este mundo, pero hay un momento en los que aparece alguien que con tan solo una mirada descubres todo, y comienzas a entender lo increíble que es estar vivo, la suerte que tienes de estar justo ahí. Yo era un niño que acababa de entender el misterio de una palabra llamada amor. Fue en aquellos oscuros y resplandecientes ojos donde se forjó la más aterradoramente hermosa historia, en la belleza de su sonrisa de niña capaz de entregar la paz a la más fiera de las bestias. Recuerdo que sonreía mucho, que aquel verano estuve asistiendo todos los días al trabajo de mis padres solo con la emoción de verle sonreír a mi lado, que  a la hora del almuerzo yo me inventaba todo tipo de estrategias para llamar su atención. En las tarde el teatro de reuniones una vez ganamos una apuesta a todos los niños para ver Titanic y no Pinocho, y chocamos las manos como campeones, al final terminamos viendo la película juntos. Yo en aquellos tiempos hacía lo imposible por verla contenta conmigo, me agobiaba si no estaba y me metía en líos, pero cuando ella estaba yo intentaba ser el líder, y más de una vez lo conseguí. Las primeras carta de amor se las entregué a ella, cartas escritas con bolígrafos de muchos colores y perfumadas. Naturalmente me esforzaba por tener una letra bella, pero eso creo que quedó pendiente. Para su hermana yo era todo un gañán, sim embargo  de pequeño fui su más bello amor. ¡Eso no lo dudo! -


ALEXA estalla de la risa desde su asiento.

 - ¡ Di que sí Max! -


EDUARDO: - Max, Alexa se burla porque ella no se ha enamorado.-


ALEXA: ¡Exacto! No me burlo, solo que me resulta gracioso ver a Max humano. Pensé que los escritores no se enamoraban. -


MAX: Lo hacen todo el tiempo querida amiga, todo el tiempo. Las mujeres que dicen que no se enamoran son las que más daño han recibido, y en caso de ser cierto, son las que menos han vivido. -


ALEXA: -¡Yo he vivido mucho!-


MAX: - ¡Entonces no has aprendido nada!- 


ALEXA: -¡El amor es para cobardes!-


MAX: -¡Solo un necio diría tal cosa! Renunciar al amor, es renunciar a los placeres de la vida.-


ALEXA: - ¿Entonces Mabel era tu novia de pequeño?-


MAX: Eso me gustaría pensar, pero no. Era solo lo improbable. Luego del verano coincidíamos pocas veces en el trabajo de nuestros padres, y pasaron los años, y con los años la vida, hasta que un día nos encontramos en una Noche del Libro, en la calle 23 del Vedado. Ella me reconoció y yo a ella naturalmente, apenas hablamos unos minutos. Yo realmente nunca fui a pasar un fin de semana a su casa a pesar de las invitaciones de su mamá, no sé si por pena o por terror a encontrarme con ella. Lo cierto es que la vida nos puso en condiciones muy distantes. Llegamos a ser adultos, y por mucho que pasen los años yo nunca olvidaré aquella muchacha de cabellos castaños que fue mi primer amor.-


ALEXA: - Pero no puede terminar así. ¡Me niego redondamente!-


EDUARDO: - Alexa, ¡déjalo así!- 


ALEXA: - ¿No me vas a dar la razón? Algo debes hacer al respecto. Te he visto perder el tiempo con muchas chicas,  traicionarlas, mentirles, hacer que te dejen, te he visto incluso hacer locuras por ellas, salir a las cuatro de la mañana, viajar de un lugar a otro... -


Interrumpe Eduardo.


EDUARDO: - Colarte en sus casas, pelear con suegros, cuñados, organizar un escape...-


ALEXA: ¿Y ahora te niegas a buscar a la chica que realmente te gusta? - 


Alexa le tira el cigarro a la camisa, y se levanta de su silla para recostarse a mirar el mar.


MAX se sacude el cigarrillo y camina a su lado, le abraza por la espalda y le susurra:


MAX: Hay algo peor que no buscar a una persona que amas, es no aceptar el destino. La vida querida Alexa, con los años te va quitando a personas que amas, y es mejor que no las busques, déjalas que vuelen solas hasta el infinito, deja que las piedras rueden y no vuelvas la vista a atrás. La vida es justa amiga mía, quizás a mí me toca seguir mi camino y llevarla en los rincones más puros de mi negro corazón, para cuando las tormentas decidan caer sobre mis hombros, poder sostenerme en el más bellos y tierno recuerdo que habita en mi interior.-


ALEXA le dio un abrazo a su amigos y salió a caminar un rato para asimilar aquellas sabias palabras que le habían comentado. Justo saliendo del edificio miró hacia el tejado. Se apresuró a cruzar la calle, cuando de repente una pareja que cargaba un pequeño niño la detuvo con la intención de preguntarle la dirección del parque más cercano. ALEXA sin vacilar les indica cordialmente, mientras EDUARDO Y MAX le observaban desde arriba.


ALEXA caminó despacio dejando seguir el curso a la joven familia, cuando de repente escuchó al padre del bebé que le comentaba a su esposa:


EL PADRE DEL BEBÉ: - ¡ Mabel, sujétalo bien!


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